En mi obra artística tengo varios estilos, no me quedo en uno solo, es mirar el mundo espiritual y terrenal que se encuentran en mis pinturas, en una eclosión de colores, formas, imágenes, distintos materiales que componen un todo. Me acerco a las corrientes artísticas del arte informalista, en cuanto al uso de lo matérico, gestual. Miro la materia como el cuerpo de la historia y de nuestras memorias en un paisaje cultural, simbólico y mítico.

Vivo en el campo, en Paine, Chada, cerca de la cordillera de la Costa y de los Andes,  es el único punto donde se encuentran ambas, en Chile.

Aquí encuentro el contacto entre arte y naturaleza, toda mi obra se relaciona a fuerzas naturales, anímicas y espirituales dentro de la postmodernidad en que estamos. Lo que me motiva en hacer estas pinturas es crear un lenguaje muy personal con el cual el espectador lea estos lenguajes y encuentre indicios para comprender, ver estos grandes movimientos cósmicos y humanos en los cuales estamos y no encontramos muchas respuestas, quizás el arte nos puede ayudar en esto.

Mis años de vivir en Europa me dieron la visión de los grandes maestros de la pintura y sus técnicas, que llevo a estas obras para crear este nuevo lenguaje sin las palabras. Aquí está mi gran motivación en crear una comunicación con estos lenguajes secretos entre el arte y el público. Un lenguaje como la pasigrafía de carácter universal.